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El estrés hídrico amenaza una cuarta parte de los cultivos mundiales: Alerta del Instituto Mundial de Recursos

Un informe publicado por el Instituto Mundial de Recursos (WRI) ha lanzado una dura advertencia: el 60% de los cultivos de regadío en el mundo están en riesgo extremo debido al estrés hídrico. Esto pone en peligro la seguridad alimentaria mundial, ya que una cuarta parte de los cultivos destinados al consumo humano podrían sufrir la falta de agua. Los cultivos más afectados incluyen productos esenciales como el arroz, el trigo, el maíz y la caña de azúcar, que son claves en la dieta global y para las economías de los países que los producen.



La organización señala que los recursos hídricos se están agotando más rápido de lo que pueden reponerse, agravado por la crisis climática y un modelo agrícola que depende en gran medida del riego intensivo. Esto se ve reflejado en países como India, donde el bombeo de aguas subterráneas no renovables está llevando a un agotamiento alarmante de las reservas de agua.


El cambio climático acelera la crisis


La crisis climática no solo está reduciendo los recursos hídricos, sino que está incrementando las temperaturas, lo que aumenta la sed de los cultivos. Según el WRI, la demanda de agua para el riego de cultivos podría aumentar un 16% para 2050, lo que complicará aún más el panorama.


Además de la presión sobre los cultivos de regadío, los cultivos de secano, que representan el 66% de la producción mundial, también están en riesgo. En muchas regiones, las condiciones meteorológicas son cada vez más erráticas, alternando entre sequías y lluvias torrenciales, lo que compromete la capacidad de estos sistemas para adaptarse y abastecer a las poblaciones.


Soluciones para mitigar el estrés hídrico


Para combatir esta creciente amenaza, el WRI propone varias soluciones. Entre ellas, reducir el desperdicio alimentario, modificar las dietas hacia un consumo menor de carne, y promover políticas más eficientes en la gestión del agua. Cambiar hacia una alimentación más basada en plantas reduciría la demanda de agua utilizada para los cultivos destinados a alimentar ganado.


Impacto social y político


Además de las consecuencias económicas y ambientales, el estrés hídrico está empezando a generar tensiones sociales y políticas, especialmente en áreas locales donde los recursos son más limitados. Según el informe, estos conflictos pueden aumentar si no se implementan medidas para gestionar de forma más sostenible el recurso más valioso del planeta: el agua.

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